martes, 26 de febrero de 2013

¡Dejad las armas! Nunca el ideario revolucionario II.
Artículo del Suplemento semanal "Bitácora" de LR 21 de Uruguay.

 


   

  

 
El libro de Nils Castro

Las izquierdas latinoamericanas en tiempos de crear

Por Niko Schvarz (*)
El libro del panameño Nils Castro ''Las izquierdas latinoamericanas en tiempos de crear''  es de una palpitante actualidad. Se propone nada menos que diseñar la trayectoria de las izquierdas latinoamericanas (en su contexto internacional) en el siglo pasado y, sobre todo, en la primera década del siglo XXI, con sus notables transformaciones.

Es la primera aproximación que conozco a este tema trascendente. El objetivo, ambicioso en el mejor sentido del término, se logra plenamente. Creo que este libro es un elemento de imprescindible consulta para el gran debate sobre el futuro de América Latina en la crítica situación del mundo de hoy.
La primera edición es de marzo de 2012, y consta de dos prólogos: del brasileño Marco Aurelio García, asesor de política exterior de los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff, y del argentino Jorge Taiana, canciller de 2005 a 2010. El autor presentó el libro el 10 de mayo del año pasado, apenas salido del horno, en una conferencia en la Casa de la Patria Grande en Buenos Aires, bajo el título: ''Retos y oportunidades de las izquierdas latinoamericanas''.
Nils Castro reseña los hechos fundamentales de esta rica y compleja trayectoria, y a la vez formula sus opiniones de una manera directa, sin ambigüedades, en un lenguaje amplio, sin resabios dogmáticos. Constituyen, antes que nada, una invitación a una reflexión colectiva sobre los grandes temas  hoy en debate entre todos los partidos de izquierda del continente.  El autor tiene la doble condición de analista y de participante directo, desde hace largos años, en las luchas de nuestros pueblos y en estos debates, desde diversos organismos. Además, se beneficia del hecho de que Panamá constituye una peculiar atalaya, o un puente, entre la América del Sur y la América central y caribeña. Desde allí se vislumbra a ambas.
En la primera parte se analiza el impacto en todo el continente de la revolución rusa (y su ulterior derrumbe), de la revolución china, y muy particularmente de la revolución cubana, el acontecimiento fundamental de nuestra historia común desde las guerras de independencia. Es una reconstrucción muy útil para las generaciones jóvenes. Pero sin duda el aporte sustancial de la obra se concentra en el análisis de la significación y las proyecciones de los acontecimientos de la primera década del siglo XXI, el ciclo inédito de victorias que llevaron a la izquierda a conquistar los gobiernos en una serie de países del continente, en lo que Rafael Correa (y estoy escribiendo estas líneas en las vísperas de su segura victoria el 17 de febrero) denominó el cambio de época de América Latina.
No estará de más reiterar los eslabones de este proceso, para tener una visión de conjunto. En el primero de los prólogos citados se sintetizan en los siguientes términos: ''Ese proceso se inició con Chávez, en Venezuela, fue seguido por Lula (dos gobiernos) en Brasil, se ahondó con la continuidad de la experiencia de centro-izquierda de la Concertación Democrática en Chile, con las victorias de Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Martín Torrijos en Panamá, de los Kirchner en la Argentina, además de Daniel Ortega en Nicaragua, Álvaro Colom en Guatemala, el triunfo de Mauricio Funes en El Salvador y de José Pepe Mujica en Uruguay, que reeligió al Frente Amplio en el gobierno de ese país''.
Son todos procesos distintos entre sí y dotado cada uno de rasgos peculiares, que no obstante presentan rasgos comunes. Nacen del agotamiento de los modelos conservadores, de sesgo neoliberal, que condujeron a una verdadera tragedia social. En varios países la victoria fue alcanzada por grandes partidos y coaliciones partidarias, como en el caso del Frente Amplio uruguayo y del PT brasileño. En otros (Bolivia, Ecuador, Perú), fue muy importante el componente étnico. En varias naciones fue significativo el cambio institucional, que dio origen a la elaboración de una nueva Constitución por parte de las respectivas Asambleas Constituyentes. Esto da idea de la magnitud y la calidad de los cambios operados, y en consecuencia de las nuevas perspectivas abiertas. Todo ello sin dejar de tomar en cuenta la contraofensiva de las fuerzas de la derecha, de la que son ejemplo los golpes de Estado en Honduras y posteriormente en Paraguay, así como los intentos golpistas en Venezuela y en Ecuador, principalmente. Se ha recordado al respecto la frase famosa de Odilon Barrot en el siglo XIX, en nombre de los sectores privilegiados: ''La legalidad nos mata''.
Todo este tema está planteado ampliamente en el libro de Nils Castro, al extremo de que domina buena parte de la segunda mitad: el de la democracia y el socialismo (y podríamos agregar: de las vías de transición entre ambos). Varios aspectos quedan claros de su análisis. El primero y principal: que la democracia no es una dádiva de las clases dominantes, sino un espacio de conquistas permanentes por parte de los trabajadores y sectores populares; que no es apenas un instrumento, sino un método y un fin. Recuerdo que este tema se discutió especialmente, y arribó a las conclusiones mencionadas, en el IV Encuentro del Foro de Sâo Paulo efectuado en julio de 1993 en La Habana.
En segundo término, se señala la importancia de reconstruir el paradigma socialista como obligación primordial de los partidos de izquierda de América Latina, tras la profunda crisis que vivió el socialismo, no sólo en su vertiente comunista con el desplome de la Unión Soviética y los países del este europeo, sino también en su variante socialdemócrata a fines del siglo pasado y claramente expuesta hoy día.
Ello obliga, como decíamos, a explorar los caminos de transición, y aquí es donde se debe ejercer la labor creadora de nuestros partidos, reclama Nils Castro, para conquistar lo que en términos de Gramsci (reiteradamente citado) llamaríamos la hegemonía político-cultural. Y con la meta de hacer surgir nuevos valores para la renovación de una cultura socialista. Un ejemplo interesante es que partidos de América Central que tenían como objetivo alcanzar el socialismo por la acción armada, están ahora concentrados en la tarea de cimentar sólidamente la democracia, sin renunciar a sus objetivos. En el prólogo citado se sintetizan estos aspectos señalando que ''si es cierto que el socialismo no se reduce a la realización de la democracia, es igualmente cierto que el socialismo solo puede realizarse plenamente en democracia''.
Reitero que estos planteos, formulados con gran vivacidad y frescura, vienen directamente al encuentro del debate en que, en mayor o menos grado, están empeñados todos los partidos y coaliciones de izquierda en nuestra América.
Dado que el libro de Nils Castro es una invitación abierta a la reflexión y al debate, me voy a permitir algunos señalamientos.
Me parece que no está suficientemente subrayado el aspecto de la integración latinoamericana, y particularmente lo referido a la creación de la CELAC. Es la primera vez que se constituye un organismo que reúne a todos los países de la América Latina y caribeña, con exclusión de Estados Unidos y Canadá. De alguna manera, ello viene a complementar el logro  histórico que significó el rechazo del ALCA en Mar del Plata, por acción conjunta de varios gobiernos de izquierda. La CELAC, que en sus primeros pasos ya ha demostrado su eficacia potencial, viene a ser el reverso de la fracasada ALCA y un paso significativo en la independencia y soberanía de nuestros países.


Otro tema. 


El contenido de las transformaciones progresistas alcanzadas por los gobiernos de izquierda en esta década no está, en mi opinión, ubicado en sus justos términos. El autor revela una preocupación permanente de abstenerse de juicios sonrosados, señala las dificultades y limitaciones de los cambios realizados, así como su carácter reversible. Se niega a diseñar un panorama idílico, ofrece una perspectiva realista. Pero no se puede dejar de apreciar, creo, que el conjunto de las medidas adoptadas por los gobiernos de Lula y Dilma, por ejemplo, están cambiando la estructura misma de la sociedad brasileña, sacando a decenas de millones de seres de la pobreza y la indigencia, mejorando sustancialmente las condiciones de vida de las grandes mayorías. Y ese es un paso ineludible para plantearse, llegado el momento, el pasaje a una etapa superior. Sin esas realizaciones, ello sería imposible.

Admito de antemano que en esta otra limitación que voy a señalar me pongo la camiseta, pero pienso que la experiencia unitaria del Frente Amplio uruguayo merece mayor destaque. Es ejemplar en varios sentidos, y esa idea la palpamos a diario en distintos países de América Latina (y también en Europa, como lo prueba el caso de Mélenchon, citado en el libro, justo es reconocerlo). El Frente Amplio uruguayo logró la proeza de reunir a absolutamente todas las corrientes de izquierda, de atraer a su seno a sectores que se desprendieron de los dos partidos tradicionales (los más viejos del mundo), selló la unión de los cristianos y los marxistas, y no ha llegado a su techo de crecimiento, todo ello sobre la base de esa política de puertas abiertas de unidad sin exclusiones como principio esencial.
Por último, un aspecto parcial. En el análisis sobre Haya de la Torre y el APRA, hubiera correspondido, me parece, citar la acertada definición del cubano Julio Antonio Mella (que lo tildó de Asociación para revolucionarios arrepentidos) y el temprano folleto de Rodney Arismendi ''La filosofía del marxismo y el Sr. Haya de la Torre''. Lo digo porque tengo el convencimiento de que muchas obras valiosas del dirigente comunista uruguayo no son debidamente conocidas en el ámbito internacional.
He querido responder a un planteo franco y directo con igual franqueza. Y concluyo que el libro de Nils Castro tiene un valor inestimable, se adentra con audacia  y lucidez en un territorio poco frecuentado y que es obligación ineludible y actual de nuestros partidos explorar a fondo.

(*) Periodista. Uruguay 

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  El señor Schvarz, señala muy bien las omisiones que el autor del libro hace con referencia a las transformaciones progresistas en los países donde la izquierda ha llegado al poder. No obstante, y tal vez por falta de espacio, le da énfasis a las transformaciones de corte económico (sacando a decenas de millones de seres de la pobreza y la indigencia), que por cierto, es muy importante, aunque por tratarse de políticas socialistas, los cambios sociales deben estar encabezados por los realizados en la Educación y la Salud públicas.
  En los países donde el Socialismo del siglo XXI, está siendo implementado, ya se ha erradicado el analfabetismo; la mortalidad infantil ha descendido verticalmente; la expectativa de vida de los habitantes ha subido a más cinco años (promedio); las deficiencias y enfermedades de vista, nunca tuvieron tanta atención en toda sus historias, y los salarios jamás habían sido tan justos. Las populaciones de estas naciones, están mucho más esclarecidas cívica y políticamente, que diez años atrás. Los medios de comunicación ya no hacen lo que sus "patrones" desean que hagan, y cuando tratan de hacerlo, acaban siendo ridiculizados por el público. Ya no informan lo que ellos quieren que la gente sepa, sino lo que la gente quiere saber; los medios que insisten en su mercenarismo, terminan enfrentando juicios y críticas por parte de los gobiernos y la sociedad, fisurando su credibilidad y arriesgando su sobrevivencia.

 

 Walter E. Carena
 Twitter: @wcarena