domingo, 23 de diciembre de 2012

¿Inteligencia Emocional o Natural?
La inteligencia aprendida, la heredada, y la informatizada... ¿son diferentes?

 
    Imágenes extraídas de Google.

 C.I.

  En la magnífica obra del Psicólogo estadounidense Daniel Goleman, encontramos un minucioso y arduo estudio sobre este espinoso tema, que ha confundido a gran parte de la sociedad mundial: Coeficiente intelectual no es sinónimo de intelegencia, como se ha creído habitualmente.
   Una pregunta que no ha tenido una respuesta objetiva, es ¿por qué el hombre es el único animal inteligente? Inteligente, por la inteligencia desarrollada necesariamente para motivar la superación como especie. Otros animales han dominado nuestro planeta por muchos años más que nosotros. Por ejemplo, los dinosaurios dominaron la Tierra por más de 160 millones de años y nunca desarrollaron una inteligencia que los hiciera superarse como especie: Los instintos los matuvieron vivos, pero nunca dejaron de ser animales no-racionales.

 
   El Homo, habita el planeta desde hace  más o menos  2:500.000 de años. Los dinosaurios son citados como ejemplo, pero existieron innumerables especies que han sobrevivido muchos millones de años, inclusive hasta nuestros días, y nunca aprendieron a pensar concientemente, es decir, han sido siempre instintivos y no racionales. Extraña y sorprendentemente, el humano adquirió inteligencia superior en relativamente, poco tiempo.
   
Los seres humanos pueden llegar a desarrollar capacidades mentales que les permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, matemáticas, escritura, ciencia, tecnología. Los humanos son entes sociales, capaces de concebir, transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos. No se tiene evidencia de que exista otra forma de vida con dichas capacidades –o superiores– en el universo. (Wikipedia).

    La inteligencia aprendida (emocional), no está separada de la natural (heredada). Juntas, constituyen la  inteligencia cognitiva, aquella que nos permite desarrollar y aumentar nuestro CI (Coeficiente Intelectual).
    Aunque algunos científicos sostienen que ciertos animales poseen inteligencia emocional, ésta es parte del instinto de preservación: no es algo que se aprende conscientemente.
  Lo que sí se ha comprobado, después de decenios de minuciosas investigaciones por parte de connotados Psicólogos y Psiquiatras- entre ellos, el ya citado Daniel Golemam o Martin E. P. Seligman, por nombrar dos de los actuales profesionales de la mente humana - es que quién no posea virtudes como la empatía; solidaridad; auto-control; optimismo; humildad; sinceridad; consciencia de la realidad y altruísmo, no pueden ser catalogados como humanos con inteligencia superior. Quiénes se encuadran en esta definición, no sufren de un mal incurable, pues con mucha paciencia y muy buena voluntad, esas virtudes pueden aprenderse, lo que contribuirá para aumentar la inteligencia y el C.I. considerablemente.
   El C.I. se ha detectado alto, en líderes religiosos y políticos que fueron perjudiciales para la sociedad en diferentes épocas. No así, su nivel de inteligencia superior. Sin embargo, ésta última se mostró en mayor nivel en los líderes que contribuyeron para la paz, armonía y engrandecimiento de la humanidad.
  No es que el C.I. sea negativo - todo lo contrario - es que sin un alto grado de inteligencia emocional, puede ser utilizado de forma moralmente perjudicial. Es cuando estos dos factores se combinan que surge la inteligencia superior. Tan necesaria para el bien-estar y la preservación de nuestra civilización.

La inteligencia en la Internet
 
   En nuestros días, existe el temor de que la informática mal usada, logre contaminar la capacidad funcional de la inteligencia humana. El mal uso más habitual, está asociado al uso y abuso de las redes sociales de Internet, tales como Youtube, FaceBook, Orkut, por citar a las más conocidas en nuestro medio. A través de estas Redes Sociales, personas de todos los sexos y de todas las edades, suelen - en su mayoría - gastar horas de sus valiosos tiempos intercambiando superficialidades, totalmente carentes de valor cognitivo, escencial para el crecimiento intelectual -. Hay una amplia gama de personas, que las utilizan para compartir y adquirir nuevos conocimientos en diferentes áreas sociales, culturales y profesionales. Aunque cada día parecen multiplicarse, aún son parte de la minoría.
  Los Juegos on-line, son otra posible amenaza al crecimiento intelectual de las personas - se le atribuye ese vicio a los niños, adolescentes y jóvenes, pero sorprendería ver cuántos adultos mayores de 30 años, se han dejado seducir por estos entretenimientos -. La discución sobre los beneficios y malefícios de esta práctica (más mental, que física), parecen no tener fin. Todo indica, que los resultados positivos o negativos, también dependen de la capacidad intelectual de cada uno, para dominar las emociones provocadas por la temática de los juegos.
   El hecho de ser fiel a las cosas y situaciones superficiales del día a día, contribuye en gran medida a "adormecer" la paciencia y la voluntad de querer ser más inteligente. Es casi como atrofiar esa ventaja, única en el planeta Tierra, que la naturaleza nos concedió.
 Después de dos decenios de deslumbramiento tecnológico, comienza a vislumbrarse (aunque tenuemente), un interés cada vez mayor en las cosas y situaciones un poco más profundas, por parte de nuestra juventud. Están volviendo (como en las décadas de los 60 y 70) a prestarle más atención a sus necesidades y derechos básicos. Los podemos ver, siendo protagonistas activos, en los reclamos y denuncias contra la política y los políticos abusivos y corruptos de sus países (Sudamericanos). Y lo que es más llamativo e importante: se muestran solidarios con los jóvenes estudiantes de las naciones vecinas. Un ejemplo claro, han sido las demostraciones públicas de apoyo de los estudiantes chilenos, a los estudiantes colombianos, en 2011 y 2012. (Ver el post: Juventud... ¡Divina esperanza! VIII, de este blog.)
  No dudo ni un segundo, que esas demostraciones se irán repitiendo de ahora en adelante. Pues esos jóvenes poseen una creciente inteligencia, que no se detendrá aunque los poseedores de  bajos niveles de ésta, y altos niveles de C.I.   intenten con sus estúpidos inventos tecnológicos, distraerlos de sus inquietudes.

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     Walter E. Carena
   Twitter: @wcarena