domingo, 7 de octubre de 2012




¡América Latina gana otra vez!


Foto publicada por www.actualidad.rt.com - 7/10/2012.

    Por fin acabó la espera, ahora a festejar, desde el Río Grande hasta la Tierra del Fuego. Fiesta para todos, menos para los que priorizan el dinero, ante la dignidad y todos los valores morales que dignifican al hombre, como especie.
    Seis años más de esperanza, de fé en hacer  realidad lo que una vez pareció una quimera: fundar, un día no muy distante, la Patria Grande, más grande aún que la que soñó Simón Bolívar;  de contar con el apoyo incondicional y desinterasado (materialmente) del Comandante Presidente Hugo Chávez. Pues ha sido elegido por tercera vez, con más del 54% de los votos de nuestros hermanos venezolanos, en unas elecciones que enorgullecen a todos los latinoamericanos, por ser libres, absolutamente democráticas y de un avance tecnológico sin precedentes por estas latitudes. Por lo pacíficas, gracias al despliegue de las fuerzas del orden y las FFAA, que con el sistema de Inteligencia que posee, no le envidia ni una "A" a la C.I.A.
    Los grupúsculos de inconformados que intentaron desestabilizar el orden  en algunas regiones, fueron rápidamente controlados, con la colaboración de gente del pueblo, que como buenos patriotas, se mantuvieron vigilantes todo el día, para denunciar a quién intentaba cualquier tipo de violencia y provocación.
   No faltan los desavisados, que por celos a las imnumerables expresiones de adhesión  y, por qué no decirlo, también de amor al Presidente, ese amor que se tiene hacia un Protector, hacia el Pabellón Nacional, hacia el Himno Nacional, hacia la propia Patria. Por que Hugo Chávez es eso mismo: Patria; Protector de los humildes de las Américas; Unificador de los pueblos suramericanos y guía ideológico de la Región. No faltan aquellos que repiten que no es saludable para la Democracia,  que un solo hombre se perpetúe en el Poder. Yo les respondo: No se equivoquen a propósito, pues quién se está perpetuando en el Poder, no es un hombre, es un pueblo, el Pueblo Bolivariano. El pueblo no quiere que su Presidente se vaya...¿Quiénes son los burócratas corbatudos, para decir que no es democrático que los pueblos deseen la eternidad en el Poder, de aquél que tanto bien les hace?
   ¿Quién determinó  que un Presidente no pueda ser candidato de por vida?
    Esas "determinaciones" hieden a autoritarismo. El mismo autoritarismo que dicen combatir, cuando un Gobierno no les es afin. El pueblo soberano es el que decide quién los guíe, y por cuánto tiempo. Ya hemos visto en nuestras Americas hispano-parlantes, - la historia lo documenta - que así como el soberano elige un Presidente, también lo expulsa del Poder, si se siente engañado, estafado e irrespetado por el que los convenció a elegirlo.
    Cuando un cierto día, entré a una "Lanchonette" en una ciudad del nordeste brasileño, y vi a una jovencita sentada junto a una mesa, rodeada de cuadernos, que escribía en uno de ellos y le pregunté si estaba estudiando, me respondió que sí, que era la hija del dueño del establecimiento, y que estaba haciendo un resumen de un libro que su profesora de Ciencias Políticas y Sociales, le había indicado para estudiar. Grande fué mi alegría cuando me mostró dicho libro: Las venas abiertas de América latina, de Eduardo Galeano. Mi alegría se debió, a que entonces comprendí que nuestra América se había despertado del nock-out, que por mas de dos décadas le provocara el Kissinguerazo traicionero, que los gringos del norte le acestaran.
    Hoy tuvimos una prueba más de ello, a pesar de que todavía quedan bastiones somnolientos, recostados al Océano Pacífico que no quieren despertar, pues el arrullo de los yanquis los hipnotiza.
    No me cabe duda de que esa somnolencia, no tardará en desaparecer, y cuando eso ocurra, severos desafíos lloverán por tiempo indeterminado. Desafíos que nos unirán hasta fundirnos en la Patria Grande, y podremos enfrentar los chaparrones de esa lluvia traida por el viento norte, con más energía y confianza en el triunfo.
    ¡Salve Presidente Chávez! ¡Salve Sudamérica Bolivariana!

 

   Walter E. Carena